Ingmar Bergman y el Uruguay
La relación de los uruguayos con el cine es contradictoria, siendo Uruguay un país de cinéfilos y críticos entendidos y con una serie de cinematecas organizadas que causan admiración, recién en los últimos años la producción nacional ha logrado un espacio destacado, que aún no se puede comparar con sus vecinos Argentina y Brasil que han alcanzado resonancia en el ámbito internacional hace muchos años. Si agregamos que fue el segundo país del continente en proyectar una película, llegaríamos a la fácil conclusión que es un problema de costos y no de capacidad creadora y organizativa de los uruguayos interesados en el séptimo arte. Entre los favoritos del público uruguayo, el cine sueco tiene un especial lugar desde la presentación de la película de Bergman, Juventud divino tesoro, en el Festival Internacional de cine realizado en Punta del Este 1952; es por eso que recordando y haciendo honor en el mes de abril pasado fue invitada una delegación sueca compuesta, entre otros, por Jan Troel, Catti Edfeldt, Åsa Faringer, Peter Birro y Colin Nutley, quienes presentaron sus películas en un nuevo Festival Cinematográfico realizado en Montevideo.
Ingmar
Bergman ha
ocupado un espacio entre los viejos amantes
del cine. Antes de salir del Uruguay, en el
año 1972, corríamos a
ver el estreno simultáneo de,
Gritos y
susurros, (Viskningar
och
rop). La exhibición de, Juventud divino tesoro, en el Festival de Venecia (1954) cayó en la indiferencia y la burla al compararla los críticos con la película de Arne Mattson, Un sólo verano de felicidad, (Hon dansade en sommar). En algunos países de América Latina, en cambio un lote de películas eran exhibidas, como Puerto, (Hamnstad), Sed de pasiones, (Torst), Mujeres que esperan (Kvinnor som väntar) y Noche de circo (Gycklarnas afton) que desconcertó buena parte del público en el Festival de San Pablo (1954) y que habría de ser luego un éxito de la crítica y un fracaso comercial.
Mientras en Uruguay, Brasil y Argentina
entre los años 1952-56 tuvieron el
privilegio de publicar las primeras críticas
correctas y favorables sobre
Bergman, y
Juventud
divino tesoro lograba una
considerable aceptación del público, la obra
del creador aparecía subestimada en Europa y
EE.UU.
Times y
Films
and
filming
critican "Juventud
divino tesoro y
Noche de
circo en forma desfavorable; al
mismo tiempo Alsina
Thevenet
escribía para
El País
de Montevideo sobre
Noche de
circo; ...este drama pesimista y
patético se apoya en una de las más
perfectas construcciones cinematográficas
que Bergman haya
logrado en su carrera (...) la metáfora de
la secuencia inicial, que presenta como un "raconto"
el episodio del payaso, su mujer y los
soldados en la playa. No solamente la
sustancia del episodio alude claramente al
tema que seguirá, en una de esas alegorías
que Begman gusta
introducir en sus películas y que buena
parte de la crítica no supo advertir en su
momento..."
En el año 1964 se publicaba en Uruguay, Ingmar Bergman un dramaturgo cinematográfico, por H. Alsina Thevenet y Emir Rodríguez Monegal, con seguridad el primer libro sobre el director sueco. Muchos fueron los factores que hicieron que Bergman haya sido valorado antes en el Río de la Plata que en el resto del mundo, o quizás una afinidad cultural entre Suecia y el Río de la Plata; el drama pesimista y patético de la obra del director se puede comparar con el pesimismo trágico del tango.
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